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Celebración de la Pascua de Resurrección del Señor, en la Catedral Ortodoxa Serbia en Buenos Aires




La Resurrección de Nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo se celebró en todo el mundo ortodoxo el pasado domingo 24 de abril. Y en la Catedral Ortodoxa Serbia de la Natividad de la Virgen, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, Su Eminencia Obispo Kirilo celebró la Divina Liturgia Pascual, concelebrando con el Presbítero Esteban Jovanovich, el Hieromonje David (Janketic) y el Protodiácono Nicolás Radis. Participaron de la Liturgia y celebración Pascuales Sanja Milinkovich, Encargada de Negocios de la Embajada de Serbia y Dejan Blagojevich, Primer Consejero de dicha Embajada. Un gran número de fieles asistió a la Liturgia Pascual este año, luego de que el año pasado la participación de los fieles había sido restringida debido a la Pandemia.

La Epístola Pascual de Su Santidad el Patriarca Serbio Porfirije fue leída durante el almuerzo Pascual. Mientras tanto, durante la Liturgia Pascual se leyó la Epístola Pascual de los Jerarcas Ortodoxos de Argentina, en la cual los Obispos de las cinco Jurisdicciones Ortodoxas en Argentina invitan a los fieles a vivir la Resurrección de Cristo dejando que Cristo resucite dentro de cada uno: “Observemos y meditemos detenidamente, sobre la esencia del misterio de la Resurrección de Cristo nuestro Dios, el misterio que anhelamos tener en nosotros de forma espiritual. Veamos cómo Cristo está sepultado en nosotros, y cómo, cuándo se une a nuestras almas, resucita y nos resucita con Él. En otras palabras, Jesús probó la muerte y descendió al fondo del infierno, y al ascender del infierno, se unió con Su Cuerpo Purísimo, se levantó de entre los muertos y luego ascendió con Su naturaleza humana al cielo con Gran Gloria. Asimismo, ahora también, al salir del mundo del error y del pecado, y entrando en la semejanza de las pasiones de Cristo, en el sepulcro de la humildad y el arrepentimiento, Él mismo desciende del cielo y entra en nuestro cuerpo como en el sepulcro, y al unirse con nuestras almas, las resucita porque en verdad estaban muertas, preparándonos a nosotros, resucitados junto con Él, para vivir la gloria del misterio de Su resurrección”, predican los Jerarcas en su carta pastoral, la cual da también un testimonio de unidad llena de gracia, entre los ortodoxos en Argentina.

Luego, Monseñor Kirilo en su sermón, volvió a mencionar las palabras del Evangelista Juan en el Evangelio de la Liturgia Pascual, pidiendo a los fieles “que reflexionemos que Cristo vino para los suyos, pero los suyos no Lo recibieron. Mas hubieron algunos que sí Lo recibieron creyendo en Su Nombre, y éstos ya no son siervos sino que les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, porque no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, sino de Dios”.

Luego todos participaron del almuerzo festivo en el salón parroquial. Durante el mismo, como ya hemos mencionado, se leyó la Epístola Pascual de Su Santidad el Patriarca Porfirije, en la que entre otras cosas, invita a los fieles a profundizar en la alegría de la victoria de Cristo sobre la muerte: “En este día grande y misterioso, toda la creación está bañada con la luz de la eternidad y con inefable alegría canta un canto de victoria al Señor que desterró la oscuridad del pecado y nos iluminó con los rayos inmarcesibles de la vida”, escribe el Patriarca en su Epístola.

Durante la celebración Pascual el Padre Esteban reunió a los muchos chicos para charlar sobre la Resurrección de Cristo y entregar a cada uno un libro para niños en español titulado “La vida de Nuestro Cristo”, de edición griega y traducido al español por nuestro feligrés Matías Falagan, quien tradujo varios libros para niños.

En un momento de la reunión, tomó la palabra el Protodiácono Nicolás Radis, Presidente de la Comisión Directiva de la Catedral, y mencionó que hoy hay tanta gente reunida y la Iglesia está activa, viva, gracias al trabajo del Obispo Kirilo.

Luego Sanja Milinkovich, Engargada de Negocios de la Embajada de Serbia, felicitó a todos por la Pascua, y dijo que se alegraba de ver tantos niños y se comprometió a ayudar para que los que deseen puedan aprender idioma serbio.


Finalmente el Obispo agradeció a todos los presentes y especialmente al Padre David, la Madre María Superiora del Monasterio San Sava y a todos los fieles que trabajaron mucho para preparar este almuerzo pascual.

































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