La Fiesta del Domingo de Ramos, a pesar del confinamiento

Cuando fuimos sorprendidos por el virus de la corona y la cuarentena, ciertamente llegó un aire de desconsuelo a nuestra comunidad, pero la misma sed de los fieles de querer participar hiso que sin experiencia en medios digitales, nos lanzaramos a trasmitir los oficios, al principio pensando en nuestros fieles de Barranquilla y sin darnos cuenta se nos han unido fieles y personas de distintas partes del país y de otros países, nos han llamado varias personas que quieren tener un serio proceso de formación en la fe ortodoxa y en eso estamos. A pesar de las limitaciones, la mano de Dios y sus obras nos sorprenden cada día. Bendito Dios que a pesar de las problemáticas a las que nos vemos todos por culpa de este virus, se va despertando el deseo de un fe pura y más seria, apegada a las más antiguas tradiciones y en consonancia por crecer en la vida espiritual. Gracias infinitas sean dadas a nuestro gran Dios, a la Madre de Dios y todos los santos, por permitirnos ver este cambio, pedimos al Señor la fuerza y la capacidad para estar a la altura de las exigencias de los momentos actuales.

A nuestra capilla, llegan en promedio unas 20 personas y ahora llegamos al doble y a veces al triple por los medios virtuales.

Algunos de los fieles de Barranquilla y de otras ciudades de Colombia y Venezuela nos nos han enviado sus fotos para poner de manifiesto su presencia con la transmisión del Domingo de Ramos y ahora se las compartimos para que también sean un motivo de alegría para toda nuestra diócesis de Buenos Aires, Centro y Sur América, pues esta obra que inició nuestro padre y Metropolita Amfilohije y que ahora dirige nuestro Obispo Kirilo, continua abriendo caminos para la fe correcta y se presenta como un camino de esperanza en medio del caos, la sobreinformación y la confusión que tiene a muchas personas distraídas de su vida espiritual y nos les permite alcanzar la tan anhelada paz en sus vidas.