HIMNO DE ALABANZA - CRISTO COMO MEDIDA DE TODAS LAS COSAS
HIMNO DE ALABANZA
CRISTO COMO MEDIDA DE TODAS LAS COSAS
En Atanasio la sabiduría se mostró radiante
Y la verdad de Dios iluminó a los hombres,
A quienes saben que no es bebida la sabiduría
Amarga sino dulce para el que apura el vaso:
Quien más la aprecia es quien por ella sufre.
Para aquel que no tiene ya ninguna esperanza,
Que va por el mundo como si fuera un camposanto;
Aquel para quien la vida humana es mera esclavitud;
Aquel que considera los cinco continentes como cinco
Campos donde se trilla el grano, y los cinco océanos
Cual pobres charcos –para ese hombre ha de ser Cristo
La medida de todas las cosas, Aquel que de la eternidad
Es la medida. Que Cristo Dios sea nuestra medida,
Que Cristo Dios nos confirme en la Fe. Y cualquiera
Que conozca esta medida no la abandonará nunca,
Ni hallará medida semejante para entender los misterios
De este mundo. Toda otra medida, a pesar del esfuerzo
No nos hará alcanzar jamás el Alfa y la Omega,
Será sólo engaño, como la luna que se refleja en el lago
Y parece, falaz, que llegara al fondo de las aguas.
Cristo Dios supera los dos extremos de este mundo,
Nuestro Señor es el mayor de todos los misterios,
Desde Su nacimiento hasta Su muerte en la Cruz;
Desde Su Crucifixión hasta Su Resurrección,
Él es la auténtica medida de toda la Creación; y por Él,
Sabiendo lo mucho que se sufre en el mundanal ruido,
Sin sentir pena alguna, padecieron los santos.
Del Prólogo de Ohrid, de San Nikolaj Velimirovic
(himno traducido por Miguel Fronlan)