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MET.ONUPHRY: CÓMO PREPARARSE PARA EL AYUNO DE LOS APÓSTOLES,Y SI UNA PERSONA MODERNA NECESITA AYUNAR



CÓMO PREPARARSE ADECUADAMENTE PARA EL AYUNO DE LOS APÓSTOLES,

Y SI UNA PERSONA MODERNA NECESITA AYUNAR


Metropolita Onuphry (Berezovsky)


En esta breve entrevista, Su Eminencia Reverendísima Metropolita Onuphry de Kiev y toda Ucrania habla sobre el ayuno, el hombre moderno y modelos a seguir.



Su Eminencia, Pentecostés pone fin al ciclo pascual. Empezamos a contar de nuevo a partir de esta semana. ¿En qué se diferencia este período de los demás ciclos del año?

—La Santa Iglesia nació en Pentecostés, y después de la fiesta comenzó a trabajar y predicar activamente; Asimismo, después de Pentecostés, comienza una nueva enumeración de cada domingo siguiente en el año litúrgico de la Iglesia, en el que se recuerdan, además del misterio de la Resurrección, acontecimientos notables evangélicos o de la historia cristiana. Por ejemplo, el primer domingo se recuerda la Synaxis (reunión) de Todos los Santos, y el segundo, Todos los santos que brillaron en la tierra rusa, y así sucesivamente.

El ayuno de los apóstoles comienza hoy (por el lunes posterior al Domingo de Todos los Santos). Con respecto al ayuno, a menudo uno escucha que en nuestra era en la que predomina el nerviosismo, el ayuno representa sólo un estrés adicional. ¿Qué utilidad tiene el ayuno para el hombre moderno?

—Después del diluvio universal, que fue debido a la enfermedad del hombre, el Señor bendijo que coma carne; es decir, la gente recién desde este momento empezó a comer carne de animales y aves. Pero la antigua esperanza de vida del hombre ya había desaparecido. Esto nos muestra que el ayuno no es una especie de crueldad por parte del Señor hacia Su creación. Por el contrario, el Señor desea que regresemos, mediante el ayuno, al orden anterior de esta hermosa dispensación que el hombre tenía en el Paraíso. En otras palabras, el ayuno no es un estrés para el hombre sino todo lo contrario, es un medio que alivia el estrés.



—¿Cuál es la forma correcta de prepararse para un ayuno? ¿Qué podemos hacer durante un ayuno y qué no podemos hacer?

—En los ayunos nos privamos, en primer lugar, de los alimentos de no-ayuno (carnes, lácteos…). Los vegetales son naturales para el hombre y lo más beneficioso para su salud. Cuando las personas están gravemente enfermas o cuando llega la vejez, ni siquiera los médicos recomiendan comer carnes pesadas. Son mejores para los jóvenes, para aquellos que tienen cuerpos fuertes y para aquellos que realizan un trabajo físico duro. Y la Santa Iglesia, sabiendo lo que es bueno para el hombre, aconseja abstenerse de los productos cárnicos durante la Gran Cuaresma para restaurar la armonía en nuestro cuerpo y ese orden natural que Dios estableció en cada hombre. Cuando ayunamos, nuestros cuerpos se reestructuran. Si alguien siempre come carne, al principio podría ser difícil para él vivir sólo de vegetales. Pero esta es una reacción positiva, y después de un tiempo todo se restaura y el hombre comienza a sentirse bien. Si alguien que ha fumado durante mucho tiempo y se ve obligado a dejar de fumar, comienza a tener psicosis y algunos cambios desagradables en su cuerpo. Pero eso no significa que necesite fumar con tal malestar, es sólo una reacción positiva a su curación.

—¿Qué le puede pasar a alguien que no ayuna?

—Alguien que ayuna tiene la experiencia personal de superar varias dificultades y tentaciones en la vida, pero alguien que no ayuna se ve privado de esa experiencia. Deseo que todos seamos enriquecidos por la experiencia de la lucha espiritual, a través de la cual nos dirigimos hacia la perfección espiritual. A esto es a lo que la Santa Iglesia nos llama hoy a través de la bendición del ayuno de los apóstoles. También hay que recordar que cuando una persona se une al ayuno corporal y espiritual, comienza un desarrollo espiritual especialmente intensivo, que asciende de grado en grado, o, como dice la Santa Iglesia, la perfección espiritual, que comienza en la Tierra y continúa eternamente en la Vida Celestial.

—Y una última pregunta personal. ¿Tienes un modelo a seguir?

—Todos los cristianos tratamos de imitar a nuestro Salvador y Creador; después de todo, todos tenemos a Dios dentro de sí mismos: tan pronto como un hombre nace, la Deidad ya lo santifica y lo llena. Algunos santos tuvieron la oportunidad de ver a Dios incluso con sus propios ojos; se llenaron por dentro con luz Divina, la cual expandió sus corazones y almas hasta que pudieron ver a Dios mismo. Sin embargo, son pocas las personas a las que se les apareció el Señor mismo. Entre ellos se encuentra San Siluán el Athonita. Cuando el Señor se alejó un poco de él, San Siluán sufrió mucho porque ya no veía a Cristo durante la oración, lo que entonces le resultaba infinitamente más difícil. San Siluán es un modelo a seguir, porque nos muestra cómo debemos acercarnos más a Cristo incluso en esta vida terrenal a través del trabajo y la oración. Otro ejemplo de santidad, muy beneficioso para el hombre moderno, es Santa María de Egipto, quien a través del trabajo y la oración pasó de ser una gran pecadora a una gran santa. No somos capaces de tales ascetismos, pero debemos saber que cuando una persona gradualmente, de ayuno en ayuno, de un día de ayuno a otro día de ayuno, trata de abstenerse, de mantenerse dentro de los límites de la ley Divina, también alcanza su propia medida de perfección, y se le concede misericordia de Dios tanto aquí en la Tierra como en el Cielo, en el Reino Eterno.


Metropolita Onuphry (Berezovsky)

Pravlife.org

4/6/2018

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