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Se celebró el día de San Sava en la Iglesia Serbia en Buenos Aires




El pasado domingo 28 de enero se celebró la conmemoración de San Sava, Primer Arzobispo de Serbia, en la Iglesia de San Sava en Buenos Aires. El día de San Sava es el 27 enero, pero este año se pasó su celebración para el domingo 28.

El sábado 27 por la noche se ofició la Vigilia Pernocturna con bendición de panes, aceite, vino y trigo.

Al día siguiente, el domingo 28, se celebró la Divina Liturgia Pontificia, presidida por S. E. Juan, Obispo de Caracas y Sudamérica de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero. Vladika Juan fue invitado especialmente por el Obispo Kirilo quien se encuentra invitado en las parroquias ortodoxas serbias del Oeste de los Estados Unidos. Junto con el Obispo Juan oficiaron el Presbítero Esteban Jovanovich, el Hieromonje Serafín Rakanovic y el Hierodiácono David Janketic. A la celebración asistieron un gran número de fieles de nuestras parroquias y de otras Iglesias Ortodoxas.

Finalizada la Liturgia, se celebró el Oficio de la Slava de la Iglesia, en el cual el Obispo Juan cortó el Pan de la Slava llamado “Kólach”.

En su sermón, Vladika Juan saludó a todos con la fiesta y dijo que “hoy celebramos a San Sava porque San Sava llegó a lograr todo lo que logró gracias a que él siguió el mandamiento Evangélico: “Buscad primero el Reino de los Cielos, y luego todo lo demás vendrá por añadidura” (Mateo 6:33). San Sava era Príncipe, el hijo del “Zhupan” (Esteban Nemanja, luego San Simeón), pero dejó esa vida en el seno de la realeza para adoptar la vida monástica. Él buscó primero el Reino de los Cielos. Y por eso Dios le concedió todo: logró establecer la Iglesia Serbia autocéfala, logró establecer el Estado Serbio, la educación, todo lo logró con la ayuda de Dios porque siguió al Evangélico precepto. Si él hubiera seguido su vida como Príncipe, probablemente hubiera sido un gran príncipe. Pero Serbia posiblemente nunca hubiera tenido un Iluminador, nunca hubiera tenido una Iglesia Autoféfala y posiblemente nunca un Estado Serbio organizado. Por eso hoy celebramos a este gran Santo Sava”.

Luego, el Padre Esteban agradeció en nombre del Obispo Kirilo y de todos, al Obispo Juan “por haber accedido a la invitación del Obispo Kirilo y haber celebrado la Divina Liturgia para nosotros. El hecho de que usted con su gracia Pontificia haya rezado con nosotros y por nosotros en el día de nuestro Primer Pontífice, es de gran significado para nosotros!”.

Seguido, todos participaron del almuerzo festivo preparado por la Comisión Directiva de la Iglesia San Sava con ayuda de varios. En el salón parroquial se distribuyó un nuevo folleto “Sermón sobre la Verdadera Fe” escrito por San Sava en ocasión del Primer Concilio de los Obispos y Gobernantes de Serbia, que él mismo organizó en 1221 en el Monasterio de Zhicha (Serbia), y que escribió este Sermón para la ocasión. El texto fue traducido a un bello castellano por la Sra. Clara Cortazar y quien lo desee puede pedirlo en nuestros templos.

En el Sermón San Sava exhorta a las autoridades a creer y profesar las verdades de la Fe que están expuestas en el Credo Niceo-Constantinopolitano, así como también en los demás dogmas de los Concilios Ecuménicos:


“1. Hermanos y amigos, padres e hijos llamados por Dios , abrid vuestros corazones enamorados de Dios para escuchar las enseñanzas divinas. Luego, habiendo oído estas santas palabras, depositadlas, oh hermanos, en vuestros corazones, en vuestras almas y vuestras conciencias, ante los ojos de vuestro espíritu, y comprendedlas.”


“2. Dios muy misericordioso y Amigo de los hombres que, en su infinita misericordia por el género humano, inclinó los cielos y descendió a la tierra y que, en su economía divina, soportó voluntariamente en su Cuerpo divino sufrimientos de todo tipo, y así iluminó al género humano, envió al mundo entero a sus santos Apóstoles, diciéndoles: “Id y enseñad a todos los pueblos bautizándolos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Pero como ellos no llegaron hasta nosotros, fueron nuestros padres quienes, al escuchar sus palabras de verdad, tuvieron fe. Y Dios, cuya misericordia y dulzura son infinitas, y que quiere que nadie de nosotros perezca, me elevó a este santo cargo , según su Voluntad primera, de la manera en que los santos Apóstoles nos lo enseñaron y predicaron, queriendo “colmar las insuficiencias” de nuestros padres a través de mí; y por su Espíritu Santo me ordenó anunciaros su Palabra sobre vuestra salvación. Habiéndola escuchado con amor, conservadla, para que nosotros también seamos admitidos en la comunión de los santos.”


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