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Charla del Metropolita Siluan - fotos y link del audio completo


El domingo 2 de abril, Domingo de Santa María de Egipto, S. E. Kirilo celebró la Divina Liturgia en la Catedral de la Natividad de la Virgen. En el sermón, el Padre Esteban dijo que “la Santa María de Egipto es el gran ejemplo de que no hay pecado que no pueda ser vencido”. Porque ella había caído en las pasiones más bajas, en los pecados más pesados, y sin embargo con arrepentimiento, oración y ayuno, y con la ayuda de Dios, llegó a cambiar radicalmente su vida. A tal punto llegó su arrepentimiento que alcanzó un estado de santidad tal que la Iglesia la pone como ejemplo durante la Gran Cuaresma, para que ella nos de confianza a la hora de luchar contra nuestras pasiones.

Luego de la Liturgia, tuvo lugar las clases de Catecismo para niños, en la que esta vez se les enseñó los Diez Mandamientos.

Por la tarde se llevó a cabo en el salón de la Catedral, la disertación “La Cuaresma y la Sociedad de Consumo”, por S. E. R. Siluan, Metropolita de Buenos Aires y toda la Argentina de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado Antioqueno. La misma fue presenciada por el Obispo Kirilo y por el Obispo Juan (ROCOR), y asisitió un gran número de oyentes venidos de distintas Parroquias.

En la bellísima charla, la cual se comparte completa al final de este texto en formato de audio (link en YouTube), Monseñor Siluan habló de la Cuaresma en sus tres aspectos:

  1. La Cuaresma en el Antiguo Testamento, en donde desarrolló las características del Diezmo, para llevarnos al entendimiento de la Cuaresma como Diezmo que ofrecemos a Dios.

  2. La Cuaresma en el Nuevo Testamento, cómo era practicada por los cristianos de los primeros siglos

  3. La Cuaresma en la actualidad, en esta sociedad de consumo.

Monseñor Siluan dijo entre otras cosas, que “La Cuaresma de la Resurrección de Cristo es un momento de resurrección de cada uno, de volver a Cristo”.

“Toda la Iglesia se une y ayuna, es algo que hacemos en conjunto, unidos”.

“La Cuaresma establece una visión nueva en relación a nosotros y al mundo que nos rodea, con nuestro prójimo y con la Creación… La Parábola del Fariseo y el Publicano nos enseña a no actuar con violencia con nuestro prójimo. Porque la violencia del Fariseo ejercida hacia el Publicano es peor que cualquier violencia terrorista, porque la realizamos sin darnos cuenta del mal que estamos haciendo”.

“En la Cuaresma, de lo que me abstengo lo comparto con los demás. Es una proyección hacia los demás para pensar en los demás”.

La Cuaresma “apunta a la dimensión del ejercicio de la mirada hacia los demás, a través de la Parábola de las ovejas que van a la izquierda y las que van a la derecha del Señor. Los que cuidaron de los necesitados, los que alimentaron a los hambrientos, abrigaron a los que no tenían ropa, todo en nombre del Señor… De esta manera, en la Cuaresma cuando yo me propongo comer menos, comer esto sólo y no llenarme, entonces lo que yo me ahorro en la Cuaresma no lo ahorro para mi bolsillo sino que lo doy a los que necesitan. O sea es un tiempo en el que uno ve la necesidad de los demás y se compromete”.

“El ayuno se transforma en una contra-respuesta a una Sociedad de Consumo que pone al ser humano como valor absoluto y criterio absoluto de la vida, de la relación y del manejo del Universo. En la Cuaresma ya Dios está en el medio, y el prójimo. No sólo yo. Y ese ejercicio es importante, nos sana, nos hace tener “binoculares” para ver de lejos a dónde queremos llegar. Cuando uno dice: “la Pasión de Cristo y la Resurrección de Cristo es una vivencia mía – voy a morir y resucitar con Cristo”, es que básicamente necesito vivirlo yo también. Y cuando uno empieza a ponerse en esa atmósfera y comienza a vivir la Cuaresma de esa manera, ya realmente empieza a tener los “binoculares” para ver a Jesús, y a ver a través de Él al prójimo. Y así tratar de morir a nuestras mismas pasiones adentro, estas pasiones que el mundo de consumo alienta en nosotros, fomenta en nosotros, los tiene siempre bajo fuego”.

“Por lo cual la Cuaresma hace girar ese eje de los bienes y en dónde nosotros ponemos nuestra confianza o nuestro anhelo, para elevar ese anhelo hacia Cristo”. En la Liturgia el sacerdote antes de la consagración de los Dones, nos pide “Elevemos nuestros corazones hacia el Señor”. Pide que nos elevemos de lo material hacia lo espiritual, hacia Dios. El tiempo de la Cuaresma realmente nos ayuda a desprendernos más de nosotros, para poder mirar a Cristo, buscarlo, seguirlo y también estar al servicio de nuestro prójimo. Y así el hombre nuevo del cual habla San Pablo, nace en nosotros. Y en esos “binoculares” tenemos ganas de mirar a Jesús y de verlo realmente como el Salvador que necesitamos para que ilumine nuestra vida y la santifique”.

“Jesús espera que nosotros seamos portadores de la luz con la Cuaresma, pero corrigiéndonos y no corrigiendo a los demás”.

Luego, el Obispo Kirilo agradeció a Vladika Siluan por habernos llevado con sus palabras a lo profundo de la esencia de la Cuaresma, y además dijo que “realmente nos demostró que las reglas de la economía material y de la economía espiritual son contrapuestas. Porque en la economía material, así como recoges así posees. Sin embargo en la economía espiritual así como das, tanto recibirás”. Luego le pidió al Obispo Juan que dijera unas palabras, y Vladika Juan dijo, hablando acerca del Diezmo, que “la vida monástica es como un diezmo que la humanidad le da a Dios (en relación a la cantidad de monjes que hay con respecto a la humanidad). Y Dios conceda que ese Diezmo aumente para provecho de la humanidad”.

Compartimos el link del audio de la disertación completa, la cual invitamos a todos a escucharla.

Link: https://www.youtube.com/watch?v=V34NjW1T0fs&t=160s

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