Con los niños atrapados en la cueva en Tailandia, Dios nos llama a rezar
Ya se rescataron 8 niños. Quedan los más débiles y las consecuentes complicaciones.
Recemos para que Dios conceda que todos sean rescatados sanos y salvos.
La noticia de los 11 niños y su instructor atrapados en una cueva en Tailandia, y el rescate que se está llevando a cabo ahora, acaparó la atención de todo el mundo.
En resumen, los niños que conforman un equipo de futbol infantil y su instructor quedaron atrapados en una cueva, luego de que las fuertes lluvias hicieran que la salida se inundara. Fueron encontrados luego de nueve días de búsqueda, por el equipo de rescate compuesto por el ejército de Tailandia asistido por expertos de otros países. Una vez encontrados, había que diseñar el plan para sacarlos. El trayecto que los expertos buzos de rescate hacen para llega hacia ellos y suministrarles víveres es muy complejo, tarda 6 horas en llegar hasta ellos y 5 para volver a la base. De hecho, un rescatista murió al regresar de uno de esos viajes para asistir al grupo, al quedarse sin oxígeno en su tanque. Este sacrificio del heroico ex soldado y voluntario en el rescate, demostró lo que se preveía: que realmente la situación era muy compleja. Para peor, en la cueva el nivel de oxigeno decrece día a día por los niños y por los rescatistas dentro de la cueva, donde el recambio de aire no se da fácilmente. Y la otra complicación al plan de rescate: los pronósticos amenazan con fuertes lluvias por el período monzón, que puede provocar que la cueva se inunde más todavía, hasta que las aguas lleguen a donde están los chicos.
El mundo está expectante siguiendo el rescate.
¿Por qué tantas complicaciones? ¿Por qué Dios simplemente no cesa las lluvias y así el agua baja y los niños pueden salir caminando como entraron? se preguntaría un escéptico. La reflexión es que Dios quiere que el mundo rece para que Él detenga las lluvias. Él puede detenerlas, pero espera que el mundo rece por ello. Que los seres humanos creados por Él, nos volquemos a la oración. La oración es el arma más fuerte que produce milagros. ¡Y el milagro se está dando! Los rescatistas ya han liberado a 8 de los 11 niños y su instructor, encontrando muy buenas condiciones en el camino de regreso, ¡mejores de lo que esperaban! Gracias a la sinergia entre la valentía y creatividad del equipo de rescate asistido por expertos de todo el mundo, y la Gracia de Dios que oyó las oraciones. Dios quiere eso de nosotros, que pidamos para que Él lo conceda. A modo de un ejercicio que como Padre da a sus hijos para que aprendamos la importancia y la necesidad de rezar, no porque Él necesite de nuestras oraciones sino porque Él sabe que somos nosotros los que por nuestra naturaleza necesitamos de la práctica de la oración. Es por eso que Dios permite que sucedan situaciones como ésta del rescate de éstos niños. Para que el mundo recupere la práctica de la oración.
Restan 3 niños y su instructor, además de los rescatistas. Los niños que quedan son los que fueron considerados los de salud más débil. Sigamos rezando a Dios que conceda el milagro, por las oraciones de todos.